Desde hace varias décadas la ciencia de la educación y la ciencia han buscado acercarse para contestar las preguntas relacionadas con los mecanismos biológicos que subyacen al aprendizaje y como estos mecanismos pueden ayudar a diseñar mejores metodologías educativas. A pesar de este largo acercamiento, existe una distancia considerable entre las prácticas educativas y la actividad científica de esta área. En el presente artículo, explorararemos algunos de los aportes que la neurociencia ha hecho al conocimiento en el ámbito educativo y discutimos algunas de las razones por las cuales, a pesar de estos avances, aún hay tareas pendientes entre las comunidades educativa y científica.