Más allá de las críticas, Río+20 dejó aspectos positivos y marco el rumbo en las discusiones sobre sostenibilidad. Reunir a 50.000 personas de todo el mundo para tratar temas de interés global tiene un valor simbólico de por sí, fuera de que los debates rindieron frutos, como la renovación de compromisos y lograr mantener encendida la esperanza. Colombia estuvo presente con propuestas.