La evidencia del buen trabajo tutorial sería la concreción de un proyecto personal socioeducativo y laboral para cada alumno al acabar la ESO. Partiendo de una mirada panorámica sobre el grupo clase, un nuevo modelo de acción tutorial debería indagar cuáles son las expectativas de cada alumnado y explorar su entorno sociocultural. Abrirse el diálogo y reconfigurar las funciones de tutor y cotutor se erigen como puntuales básicos de una tutorización activa y efectiva.
