Durante la revuelta estudiantil de Mayo de 1968, en París (revuelta que fue el punto culmine de un año en que la juventud marcó el mundo como nunca antes), un eficaz medio para la difusión de las ideas fueron las paredes y murallas de la ciudad. Algunas de las frases que aparecieron ahí las conocemos hoy, porque han quedado en la memoria colectiva como signo de esperanza, de voluntad libertaria, de energía juvenil, cosas que permanentemente se votan a la basura. Sin ánimo de discursear en esta página, proponemos echar un vistazo a esta pequeña selección de graffitis que un buen libro trajo a nuestras manos. Las ¿firmas¿ indican el lugar de París en el que la frase apareció.