Cada vez más abruma la sensación de que la pedagogía es un ensimismamiento de la irrealidad, abstracta e inalcanzable¿ la pedagogía por allá, la vida aquí. En términos de resultados, la pedagogía casi siempre ha alcanzado lo que ambicionaba, pero eso que buscaba no es necesariamente lo que buscamos todos (nosotros y los otros), sino lo que desde el imaginario de unos pocos se ha proyectado. Imperativo desdibujarla, sin desparecerla. Darle matices a su pálida corporeidad, sin vejarla. Tomarla pero a la vez brindarle la posibilidad de apertura. Aunque se corre el riesgo que al final no sea una tarea pedagógica de instrucción, sino una actividad humanística.