Nada de lo que hace un maestro parecería merecer reconocimiento público. Una simple revisión de las noticias de educación que aparecen en cualquier periódico del mundo podría comprobarlo. El ataque a los maestros se realiza hoy con munición pesada, desmoralizando a los que ejercen la docencia y, naturalmente, desalentando a los que podrían animarse a ejercer.