Los informes contables han reconocido fundamentalmente el capital financiero y el operativo, sin embargo, tales criterios son insuficientes para que la contabilidad pueda cumplir su función de representar cualitativa y cuantitativamente la riqueza que controlan las organizaciones (económico-financiero, debe reconocer el capital socioambiental. La sostenibilidad ambiental constituye un imperativo categórico e inaplazable para la contabilidad. El mantenimiento de la riqueza socio-ambiental se erige como el principal objetivo que debe tener la actividad humana en todos sus roles.