En las dos décadas y media desde que se describió por primera vez el constructo de locus de control en la literatura psicológica (Phares, 1951)ha habido una serie de informes continuos de investigaciones, los cuales han conducido a un número de reseñas extensas (Gilmore, 1978; Joe, 1971; Lefcourt, 1966, 1972, 1980); Phares, 1973; Rotter, 1966, 1975; Strickland, 1977) y a libros (Lefcourt, 1972, 1982; Phares, 1976). Pero como sucede con la mayorái de las variables psicológicas, la exposición excesiva a los lectores de literatura sobre el locus de controsl ha disminuído su interés.