El planteamiento central gira alrededor de considerar que la educación tiene que ser asumida desde la especificadidad de lo académico y la relación Universidad-sociedad se debe inscribir en núcleo de la actividad académica. Como hipótesis plantea que dicha relación sucede primordialmente en razón de la esencia ontológica misma del quehacer universitario: la producción, transferencia, apropiación y uso social del concocimiento. Argumenta extensamente la relación se lleva a cabo mediante códigos instructivos, innovativos y regulativos, lo cual le exige articular, de manera expresa, las tres funciones universitarias: docencia, investigación y extensión, entendida esta última como lugar desde donde se ha pretendido enfocar la relación Universidad-sociedad.