El aislamiento galvánico (eléctrico) proporciona muchas más ventajas que la protección contra averías. El aislamiento galvánico (eléctrico) es ideal para la reducción del ruido y su mejor aplicación se encuentra en los sistemas informáticos e industriales, en los que el ruido puede afectar seriamente la transferencia de datos. El aislamiento elimina las corrientes de bucle de masa y sus tensiones de ruido asociadas de las líneas de datos. Elimina completamente el efecto del ruido de modo común y reduce drásticamente la sensibilidad de un sistema a otras formas de ruido radiado.