La fenomenología hursserliana fue descalificada en los debates filosóficos más relevantes de este siglo, incluso desde los predios de la filosifía continental fenomenológica, por el descrédito del que fue objeto el concepto de fundamentación última vinculado a la noción de un sujeto transcendental, supuestamente egocéntrico y solipsista. Un examen atento de las meditaciones cartesianas, obra que se alega exhibe los mensionados prejucios, revela una acepción diferenciada de fundamentación, con resultados sorprendentes.