A pesar del epígrafe de este texto, es imposible, factualmente hablando, que con sólo pronunciar palabras como hombre, bien, mal, violencia, o cualquiera que sea, aparezcan los entes en sí mismos que ellas nombran, tal cual como lo pide el fragmento de este poema. De cualquier ente sólo conseguimos decir lo que nosotros podemos concebir; o sea, repesentar.