Corriendo el riesgo de esquematizar o fragmentar el problema de la enseñanza de la filosofía, podemos, animados por Descartes o en aras de la claridad que facilita la distinción, señalar que la enseñanza de la filosofía comporta algunos elementos comunes a todo proceso educativo. Y aunque ellos sean bien conocidos, vale la pena recordarlos aquí: 1. El estudiante; 2. El docente; El contenido; 4. El método; 5. El objetivo; 6. Los medios; 7. El contexto o el escenario educativo. Un pequeño comentario de carácter filosófico de cada uno de ellos, nada exhaustivo obviamente, ayudará seguramente a situar la complejidad de los problemas de la enseñanza de la filosofía.