Frente a los sentidos peyorativos que históricamente se le han asignado a lo mítico, la presente reflexión pretende revaluar esta categoría, expandiendo su horizonte de comprensión, de modo que lo mítico no se reduce a narraciones acerca de un tiempo primordial, sino que es un discurso en el que la tensión de contrastes arquetípicos - en tanto elevadas construcciones del imaginario-constituyen un horizonte de valor.