EL ÚLTIMO TERCIO DEL SIGLO XX puede considerarse, con razón, una edad de plata de la educación en España. En este período se da solución a viejas problemáticas y se produce la práctica universalización de la educación primaria. La renovación y la innovación pedagógicas alcanzan importantes cotas y dejan de ser un impulso minoritario para convertirse en un eje central de las polí-ticas y los quehaceres educativos. El nuevo mapa político de España constituido por nacionalidades y regiones autónomas impulsa el desarrollo educativo favorecido por los gobiernos autónomos. El propio Estado llevará a cabo profundas transformaciones del sistema educativo. Una concepción amplia de la pedagogía y la
educación penetra en la sociedad española.