El estudio, articulado en torno a dos realidades, la escuela y la sociedad, trata de describir, en una síntesis globalizadora, el perfil humano y social del Maestro en una época de especial significado para la historia de la Escuela, finales del siglo XIX y comienzos del XX. En el ámbito de la escuela pública se hace especial énfasis en la miseria económica, cultural y psicológica que rodeó al maestro, destacando la deteriorada imagen que la sociedad tenía de él, la escasa atención oficial respecto a su formación y emolumentos y el esfuerzo del colectivo docente en reclamar su funcionarización; deficiencias a las que se añade su difícil integración social y las contradicciones entre las exigencias de su profesión y los problemas derivados de la práctica docente. En la escuela privada su figura aparece fundamentalmente vinculada al problema ideológico. A lo largo de los años fue adquiriendo significativas mejoras tanto en lo que respecta a su consideración social como a su formación y práctica profesional, alcanzando sus más altas exigencias y reconocimiento en el periodo republicano