La Institución Libre de Enseñanza española ejerció una gran influencia en la educación de las nuevas repúblicas americanas del otro lado del Atlántico, y en concreto con el Gimnasio Moderno de Bogotá, que fue, de la mano de Agustín Nieto Caballero (1889-1975) y sus colaboradores, el verdadero pionero de la Escuela Nueva en Iberoamérica al establecer una institución educativa, basada en los principios de dicho movimiento internacional de pedagogía activa y moderna, que acogía a niños desde preescolar hasta la educación secundaria