Si hemos de creer al Prólogo-Dedicatoria, el infante D. JUAN MANUEL parece que se sentía muy preocupado por los problemas de su tiempo, hasta el punto de que le hacían «perder el dormir». Como terapia contra este insomnio utilizaba el leer y escribir. En consecuencia, si el origen de este Libro del cauallero et del escudero, calificado por Díaz Plaja como «curiosa enciclopedia didáctica de su tiempo», hay que buscarlo en las noches de insomnio que padecía en Sevilla, es lícito concluir que los temas educativos constituían una preocupación para el Infante. Si bien no es tanto un tratado sistemático de educación cuanto una «fabliella» -género literario de la época que funde lo novelesco y lo didáctico- da pautas suficientes para, de una parte, deducir cuál sería el método de educación imperante entre los nobles junto con sus principales contenidos educativos, y, de otra, inferir el sistema ideal para don Juan Manuel.
