El arte puede caer en un lugar común, puede ser parte de una tendencia de consumo o puede brindarnos una verdadera experiencia sensible de una realidad del conflicto armado en Colombia. Visibilizar a la víctima más allá de su tragedia en las manifestaciones artísticas, puede ayudar a construir un espacio donde memoria, perdón y olvido sean parte de la solución a la violencia.