El principal objetivo del proceso de convergencia de la enseñanza superior que estamos viviendo, en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), es convertir a los sistemas universitarios europeos en un referente internacional por la calidad de la enseñanza impartida. Ello exige una revisión, actualización y adaptación de las actuales metodologías docentes y de su organización, así como del establecimiento de técnicas y prácticas que permitan evaluar integralmente la enseñanza. En este contexto, el presente trabajo se analizan los tres pilares de la evaluación de la educación superior: en primer lugar, la evaluación del alumnado (o del aprendizaje) según las diferentes formas alternativas de evaluación de los resultados de los alumnos, en segundo lugar, la evaluación de la actividad docente, analizando las ventajas e inconvenientes de las encuestas de opinión, y por último la evaluación institucional de la docencia.