Los servicios transfusionales o hemoterapéuticos son parte esencial de la prestación de los servicios asistenciales para todas las comunidades, tanto en países desarrollados, con una cobertura sanitaria completa, como para los países en vías de desarrollo que estén ampliando y mejorando la cobertura de atención y la calidad de los servicios de salud. La organización de los servicios hemoterapéuticos en el mundo refleja un desarrollo con enormes diferencias por región, por país y por localidad. En varios países de América Latina, los bancos de sangre se fueron estableciendo al interior de los centros hospitalarios, hecho que determinó en la mayoría de los casos, una estructura, una organización y una forma de operarlos, bajo condiciones de ineficiencia, como quiera que su producción estaba supeditada solamente a las necesidades del centro hospitalario. Esta forma de estructura y organización ha sido muy diferente a la que se organizó para estos centros en Europa y los Estados Unidos, dado que su diseño se basa en un sistema centralizado, altamente especializado, con un avanzado desarrollo tecnológico e investigación, permitiéndoles importantes economías de escala, al atender desde un solo centro estratégicamente localizado, las necesidades de productos sanguíneos a varias instituciones hospitalarias de la región. El modelo de prestación de los servicios transfusionales basados en la atomización de pequeños y medianos bancos de sangre hospitalarios, ha demostrado en muchos casos y en países como el nuestro, su ineficiencia, ineficacia, poca confiabilidad en términos de calidad, falta de oportunidad en el suministro y altos costos de producción.
