Con el pasar del tiempo los sistemas digitales van creciendo en complejidad, así como las exigencias de desempeño y funcionamiento. La incursión de los sistemas digitales en aplicaciones vitales, en las cuales un error resultaría en la pérdida de vidas humanas, exige que estos sistemas sean muy confiables (tolerantes a fallos) y presenten un desempeño muy alto. El desarrollo de procesadores de 32,64 bits de bajo costo unido a la disponibilidad de herramientas software como librerías, drivers y sistemas operativos de tiempo real, hace que la realización de este tipo de sistemas no sea una tarea imposible.