A lo largo del siglo pasado las organizaciones se han visto sustentadas por diferentes lógicas. La coherencia con todas ellas ha permitido mantener un concepto unificado de gestión, regulador de las operaciones con que se producen pequeñas mutaciones a las que continúa subyaciendo la misma lógica dominante, aunque variando sus formatos técnicos. El presente trabajo pretende mostrar esa capa de difícil acceso que justificaría remitir los cambios al propio modelo que preside la construcción organizativa e institucional.