La aparición de La Méthode de Edgar Morin merece un comentario que se anticipe a la casi segura traducción castellana de la obra, que seguramente acogerá el formato de esta edición francesa. Sin embargo, las razones que impulsan la presente reseña se sostienen en algunas consideraciones que parecen insoslayables. Prima facie, estamos ante un gesto deliberado de Morin, quien no fue claro en los volúmenes que debían conformarlo: la notificación expresa de clausurar el proyecto epistemológico y técnico denominado sin ambages como método. La cuidadosa edición de esta sumatoria de los seis volúmenes refuerza el cierre con un preludio expreso, Mission impossible, redactado precisamente para el proyecto editorial que comentamos.