El presente escrito analiza el curso que actualmente ha tomado la economía mundial, haciendo énfasis en la economía de América Latina. Las cambiantes condiciones en que se desenvuelve el comercio mundial, particularmente en la década del 90, enmarcado en la creciente globalización económica han terminado por reconocer que las economías nacionales se encuentran en el ámbito de un nuevo orden económico internacional. La tecnología es hoy un elemento crucial en la definición de nuevos parámetros de competitividad. Por lo tanto, su acción se centra, en gran medida, en la intensa dinámica que caracteriza a la empresa transnacional (ET), como gran receptora de los beneficios del actual proceso de liberalización. Esta dinámica se percibe en el papel cada vez creciente de los flujos de inversión extranjera directa (IED) y en la diversidad de operación y facilidad para desplazarse y localizarse.
