A la luz de la tradición franciscana, en el presente artículo se analiza la relación que existe entre economía y comunicación. La economía funciona mejor cuando favorece las relaciones fraternas, es decir, cuando los bienes económicos están al servicio de los bienes relacionales. Por el contrario, cuando falta la comunicación y la confianza recíproca, el mercado se paraliza. Así pues, la eficiencia económica y el progreso no deben ser fines en sí mismos, sino sólo medios para que el ser humano pueda desarrollar su intrínseca sociabilidad; es decir, para que pueda comunicarse en vista de la comunión. En la primera parte del artículo, se analizan las orientaciones de francisco de Asís sobre la vida y la actividad de los frailes. Basándose en estas intuiciones, los franciscanos hicieron una notable contribución al desarrollo de la reflexión económica durante los siglos XIII-XV. En la segunda parte, se muestran cómo esas respuestas de ayer siguen siendo útiles para resolver la crisis de hoy.
