Están todas las partes: en las aulas de informática y en los cibercafés, diseminados por el campus con sus laptops o transitando por las calles como entes sin presencia, absortos en sus blackberries, ipads o dispositivos cualquiera, con conexión a la internet. Sin bien no parecen estar del todo aquí y a hora, es evidente que están en algo: hacen todo tipo de gestos y sus dedos se mueven por sobre teclados diminutos con velocidad y precisión asombrosas, mientras sus pupilas recorren con avidez las pantallas de sus dispositivos portátiles. Son los miembros de las comunidades virtuales, y se encuentran ocupados comunicándose con sus numerosos amigos y seguidores quienes al igual que ellos, invierten gran cantidad de tiempo y atención en las redes sociales.