Es el pesimismo y las críticas destructivas sobre las instituciones de la Administración, lo que ha invadido los comentarios que escuchamos todos los días en nuestro entorno social y laboral. Tanto así, que ya "lo normal" son las irregularidades que tienen lugar en el Estado, porque las personas se han acostumbrado a su ocurrencia; ahora simplemente no hacemos nada puesto esto es "lo común".