El e-waste, o basura electrónica, es un problema de dimensiones mayores. Aunque las estadísticas varían, se especula que en poco tiempo se podrá llegar a 40 millones de toneladas de desechos electrónicos. Las Naciones Unidas, la Unión Europea y Greenpeace, entre otras organizaciones, han empezado a tomar medidas para contrarrestar esta problemática, pero el panorama no es alentador: la basura electrónica crece el triple a diferencia de otro tipo de desechos.