En abril de 2003 la Comisión de la Mujer de la legislatura de la Cuidad de Buenos Aires convocó a la presidenta del Consejo de Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes de la Cuidad de Buenos Aires. Entre las preguntas que debió responder estaba la referida a un convenio firmado en 2002 por ese Consejo con la Asociación SIGLA (Sociedad por la Integración Gay-Lésbica Argentina), según el cual esa institución organizaría actividades de capacitación destinadas a los equipos profesionales del Consejo para tratar el tema "Diversidad sexual y travestismo adolescente". En el debate generado se destacan las posiciones de tres legisladores opositorios al convenio-que no representaban al mismo partido político-, que enfocaron su análisis en cuestiones formales, aunque luego debieron aclarar su posición ante denuncias periodísticas sobre el contenido del convenio y la índole de la asociación SIGLA, y la de una legisladora que consideraba que debió haberse mantenido, pues era una herramienta eficaz para evitar la explotación de menores travestis. El debate parlamentario ha sido estudiado en sociedades con un amplia experiencia en la discusión de cuestiones que hacen a la esfera privada de las personas, y enfoques como los de la perspectiva pragma dialéctica (Van Eemeren et al., 2002), enriquecidos con la incorporación del concepto de "maniobras estratégicas", se revelan especialmente productivos en ese sentido. También pueden citarse en ese sentido los aportes de la Escuela de Ginebra (Perrin y Miche, entre otros). No obstante ello, aún no hay un gran desarrollo de estudios similares en el ámbito latinoamericano, lo que resulta pertinente en función de la discusión de los llamados "derechos humanos de segunda generación".
