La tesis defendida en este trabajo es que la "diferencia ontológica" de Martin Heidegger encubre un anti-humanista nihilista, que disuelve la antropología filosófica como ciencia. Se justifica así la necesidad de ir más atrás de Heidegger, para recuperar la noción de subjetividad propuesta por el fundador de la fenomenología, Edmund Husserl, y por el fundador de la antroplogía filosófica, Max Scheler. Ellos mostraron que el sujeto ocupa un lugar privilegiado en la totalidad de lo real, como aquél en el que se produce el "aparecer" del ser, la "manifestación" del ser. Esto permite construir una antropología filosófica y no abandonar el humanismo, que ha caracterizado a la filosofía propia de la cultura occidental.