Thierry (Theodoricus Brito o Carnotensis) fue canciller de la escuela catedralicia de Chartres de 1142-1150. Comentador de Boecio, su obra refleja sin embargo una síntesis personal de fuentes platónicas, neoplatónicas y aristotélicas. Está convencido del valor propedéutico de las artes liberales para la teología, dando amplia cabida también al quadrivium. Este estudio, centrado en su tractatus de sex dierum operibus, pone de manifiesto que la casualidad es el eje de su compresión ontológica de la realidad (rerum universitas): desde el punto de vista filosófica, la casualidad explica la existencia real de lo múltiplea partir del Uno, en la perspectiva teológica muestra la creación como obra de Dios Uno y Trino. La casualidad implica, para Thierry, la participación y garantiza por tanto la capacidad causal de los seres naturales, con la consiguiente autonomía real en su orden, pero dependiente de la causa suprema, sin la cual nada existiría.
