A comienzos de la década de 2000, frente a una alarmante brecha entre sus metas de crecimiento y lo que se lograba con su flujo de innovaciones, Procter & Gamble creó una "fábrica de crecimiento nuevo": una red de estructuras y capacidades nuevas para guiar rápidamente productos e incluso modelos de negocios nuevos desde su origen hasta el mercado. Las innovaciones resultantes van desde una afeitadora de 33 centavos de dólar para clientes en economías emergentes, hasta Tide Dry Cleaners (tintorerías con ventanas de atención desde el automóvil y casilleros para dejar y retirar prendas las 24 horas del día). Brown, director de tecnología de P&G, y Anthony, describen los componentes y prácticas de la fábrica: grupos de creación de negocios nuevos, emprendedores que actúan como 'guías' para ayudarles, un manual de innovación, una 'escuela' de innovación disruptiva y más. También ofrecen seis lecciones para líderes en busca de crear sus propias fábricas de crecimiento nuevo. Aunque la fábrica todavía está en desarrollo, sus éxitos iniciales sugieren que la creatividad colectiva puede ser gestionada y generar fuentes sustentables de crecimiento en los ingresos, independientemente de cuán grande se vuelva la empresa.
