Con respecto a los procesos de paz, caben consideraciones diversas, según la óptica como se miren los objetivos perseguidos y los resultados logrados, a través de las instancias recorridas y de las posiciones adoptadas por los interlocutores. Dentro de esta consideración general, es bueno señalar que las negociaciones adelantadas hasta la fecha, cubren un período de varios años con incidencias y modalidades que han ido evolucionando con el tiempo y las circunstancias, en cada época, pero que ha permitido advertir una debilidad por el hecho de no haber existido una definición o política apropiada para ventilar el conflicto planteado, por lo cual las soluciones han carecido de verdadera orientación hacia un fin concreto y concertado que ofrezca conclusiones prácticas. Por dicha razón, ha aflorado una debilidad en el sentido de que los efectos buscados han sido puramente coyunturales y parciales, careciendo por si mismo, de dinámica y alcance verdadero para llegar a su definición y término, lo cual le ha restado seriedad y confianza ante la opinión pública que cuestiona sus logros. Sin embargo, de cada experiencia ha quedado un saldo favorable, como fortaleza, que bien utilizado, puede arrojar los frutos que la sociedad colombiana anhela.
