La comprensión del sujeto desde una perspectiva anclada en dimensiones como la racionalidad, la afectividad y el valor del pensamiento subjetivo conduce hacia un marco de interpretación que transita por caminos distintos a los propuestos por la racionalidad instrumental, pues al centrarse en la individualidad del sujeto y su capacidad para construir mundos posibles a partir de la interpretación de su propio presente, la acción individual y colectiva cobra nuevos sentidos para realizar acciones encaminadas a la superación de las tradicionales formas de vivir.