Mientras la tierra permanezca, la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche, nunca cesarán. Las ciencias sociales y las denominadas "ciencias del espíritu" deberán proveer el andamiaje necesario para construir la resiliencia y la estructura mental necesarias en las personas para adaptarse a los cambios, y junto con la memoria genética, neural y de principios y valores familiares propenderán por desarrollar tal proceso en forma gradual, eficaz y eficiente.