Debemos situar el origen de la educación de adultos en los trazos históricos que conforman un período que no posee una delimitación de fechas precisas, al menos en el análisis que intentamos realizar y desde la perspectiva histórica en la que nos situamos. Por el contrario, pretendemos indagar acerca de las ideas y proyectos que en su devenir se despliegan de modo casi simultáneo en el proceso de construcción del pensamiento político de la época.