El documento da una visión de largo plazo del cambio demográfico en los países de América Latina y el Caribe. Teniendo como marco la transición demográfica, se analizan los determinantes de la mortalidad y la
fecundidad. El abatimiento de la mortalidad es uno de los hechos sociales de mayor trascendencia en todos los países de la Región. Su descenso se vincula con la mejoría de las condiciones socioeconómicas de los países y con los avances de la medicina, la introducción de técnicas de saneamiento ambiental y la tecnología médica. Factores que modificaron sustancialmente la forma de morir y contribuyeron a la elevación de la esperanza de vida al nacimiento en todos los países analizados. La fecundidad inicia sus descenso en la mayoría de los países a partir de los años setenta, cuarenta años después que lo hiciera la mortalidad. La baja de la fecundidad se explica, en parte, por el influjo del descenso de la mortalidad infantil, por la elevación de la escolaridad de la madre, la mayor residencia urbana y por los programas de planificación familiar. En el proceso el crecimiento de la población comenzó a declinar. La migración rural-urbana y el rápido proceso de urbanización se encontraron asociados con la fragmentación de la propiedad de la tierra, la coexistencia de sectores modernos y tradicionales en el sector primario de la economía, el proceso de industrialización y su localización en las grandes metrópolis.El estudio no considera que el elevado crecimiento de la población haya sido el principal factor que incidió en el nivel de crecimiento y grado de desarrollo económico de la Región; pero sí que es uno entre los diversos factores cuyos efectos dificultaron
el acomodo de la mano de obra en los mercados laborales y diluyeron la mejoría en los niveles de vida de amplios sectores de las sociedades latinoamericanas y caribeñas.
