La velocidad del cambio tecnológico, culpable en gran parte de la transformación sociológica y cultural de este siglo, obliga a revisar constantemente la medida del gap generacional. Cada vez con más frecuencia, los estudios y las encuestas sobre el consumo están confirmando el surgimiento de pautas de comportamiento diferentes y lo que subyace tras ellas: nuevos patrones de consumo y nuevos consumidores.
