Pese a que la humanidad avanza en la era digital, que en apariencia introdujo nuevos elementos en el proceso comunicativo, muchas de las categorías relativas a la comunicación señaladas por los griegos hace más de 2.000 años se mantienen vigentes. Este artículo sólo pretende señalar la pervivencia de tres categorías aristotélicas (aunque hay muchas otras): la primera, relativa a la estructura u orden del discurso; la segunda, relacionada con la creación de presencia (imágenes, por ejemplo), y la tercera, referente al prestigio de los informadores. Su alcance y pretensiones son un modesto aporte para animar el debate sobre la comunicación, particularmente sustentada en las TIC, y sobre las posibilidades retóricas del periodismo en los denominados nuevos medios.