El pensamiento occidental supone que hay un Yo singular, unitario y sólido, valor supremo y cimiento o base de la libertad, el autoconocimiento y la autenticidad. Ahora bien, ¿hay realmente un Yo autoidéntico y unitario? ¿Es responsable el Yo del control de lo que ocurre en su interior? ¿O algo se le escapa? ¿Puede la autoexploración revelar elementos desconcertantes de su configuración interna? ¿Es posible anular y, en última instancia, extinguir el Yo? El objetivo de este artículo es proporcionar posibles respuestas a estas y otras cuestiones derivadas del análisis de algunas de las aportaciones más significativas de la filosofía occidental y la budista al estudio del Yo.