El Concilio y en él sus principales protagonistas, Juan XXIII y Pablo VI "retoman el sentido profundo de la Iglesia de los Pobres". La célebre reunión de Mar del Plata, con su rica perspectiva de desarrollo y marginalidad y la Encíclica Populorum Progressio, en la que Pablo VI se constituye abogado de los Pueblos pobres son señaladas en todo su influjo respecto de Medellín, una de cuyas grandes opciones es la que hace por los pobres. A pesar de que no es el objetivo del Documento de consulta proporcionar un completo estudio sociológico o económico sobre los pobres, no está ausente la conciencia de las causas que provocan fenómeno tan doloroso y masivo. Tal conocimiento corre parejas con el aumento de la conciencia política que ha ayudado a que se perciba con claridad las estructuras injustas, generadoras de pobreza y la posibilidad efectiva de su cambio.
