La actitud de la Iglesia católica respecto a la homosexualidad pasa por ser coherente en sí misma y de rechazo constante a lo largo de los siglos. Examinadas más de cerca, ninguna de estas suposiciones resulta sostenible. En primer lugar, una postura oficial de la Iglesia en su conjunto sobre este tema sólo llegó a adoptarse con el paso de los siglos; en segundo lugar, sus formas de argumentación oscilan intensamente; y en tercer lugar, el concepto de “homosexualidad” que hoy en día marca nuestra percepción de las actividades sexuales entre personas del mismo sexo existe sólo desde finales de los años sesenta del siglo XIX. Si queremos evitar los juicios generales y las interpretaciones erróneas, tendremos que guardarnos de aplicar conceptos modernos a períodos muy diferentes desde el punto de vista histórico.
