En el siguiente artículo defendemos la hipótesis de que la paz no tendrá sentido sin un cambio importante en el orden educativo. Con ello no queremos aludir exclusivamente a las condiciones estructurales que se requieren para lograr la paz educativa (como el acceso, la financiación, la infraestructura, la ampliación de la cobertura, la profesionalización docente y su reconocimiento salarial, etc.). Sin embargo, deberíamos llegar al convencimiento lógico que la paz será productos de los cambios afiligranados en el orden social y político del país. Por tanto, estamos hablando de cambios internos en el campo educativo , los contenidos, que permitan plantear nuevos objetivos y rumbos, que posibiliten crear generaciones de paz; a saber, la enseñanza de la historia del tiempo reciente como contramemoria crítica.