En la literatura de filosofía moral y política es común que se acepte la tolerancia como una propiedad disposicional, la cual se somete a prueba en repetidas ¿circunstancias¿; una de éstas se refiere a la capacidad o competencia adecuada para poder detener, frenar u obstaculizar el acto objeto de tolerancia. En ese sentido, algunos autores, como Ernesto Garzón, defienden que dicha competencia o capacidad para tolerar no requiere necesariamente la existencia de una relación de supra-subordinación con la persona objeto de tolerancia. No obstante, tras un análisis de lo que se entiende por ¿competencia¿ o ¿capacidad¿ adecuada y cómo estos términos se articulan con la idea conceptual básica de la tolerancia (pública o privada), se hace una crítica a esta tesis sosteniendo que, para poder hablar de tolerancia, se requiere necesariamente que haya una relación jerárquica de supra-subordinación.