La laicidad es la base política y social de la República francesa y se expresa en la radical separación de la Iglesia en los asuntos del Estado. La laicidad es uno de los grandes logros de la Revolución francesa, materializado en leyes, normas y decretos; su historia muestra las luchas y las tensiones entre dos poderes supremos. El poder del Estado funda la moral pública y se opone al poder del clero. La laicidad, como principio público, es visible en la escuela de la República, única institución encargada de educar a los hijos del pueblo. La institución escolar francesa es hija de la República laica y está confrontada a los problemas de la democratización.