El trabajo interdisciplinar entre teología, política, estudios culturales y ética, es necesario y útil para el reconocimiento actual de las modificaciones necesarias en el estatuto epistemológico de los derechos humanos. La dignidad, eje central de este conjunto de garantías, supone la puesta al día de caminos de defensa, que aseguren que no se trata sin más de una abstracción, con la que se define a las personas de todas las nacionalidades y culturas. Sino que se trata de la encarnación de realidades cambiantes, pero con rostros concretos. La teología desde la perspectiva de la interculturalidad, se presenta como lugar de reflexión e instanciade crítica de las conservadoras y alienantes maneras de entender y vivir la dignidad desde las esferas política y ética.