El propósito de este ensayo es presentar un análisis de las concepciones monetaristas y el neoestructuralistas acerca del desarrollo en América Latina. Enfatiza en las ventajas de este último modelo, en particular la confianza que nuevamente se le confiere al Estado para afrontar las desigualdades sociales y conseguir los desajustes del mercado. El Estado debe nuevamente asumir un papel central como regulador de las economías de la región y protector del tejido social.