Cuando una institución reivindica para sí el carácter de fecunda antigüedad, por años cumplidos y servicios prestados a la sociedad, vuelve sus ojos a sus orígenes y, mirando de donde viene, evalúa su existencia y proyecta su futuro. Es la ley de la vida institucional, especialmente válida en una Universidad, por naturaleza al servicio de la evolución de los grupos humanos y de la sociedad que la conforman como nación y como Estado. La Javeriana tiene esas características y, desde su origen en el siglo XVII hasta hoy, pasando por las vicisitudes de su extinción en 1767 y de su restauración en 1930, ha tenido un carácter que bien vale la pena hacer resaltar cuando las generaciones actuales están conmemorando los 80 años de su "nueva vida institucional".