Educar es formar a personas integras. Y corresponder a los profesores actuar para que lo9s alumnos se desarrollen como tales, perfeccionen su conducta y se capaciten para responder a las exigencias de la vida. La Educación Emocional contribuye a este propósito a través de cinco dimensiones: autoconciencia, autorregulación, automotivación, empatía y destreza social.